Abstract
La reactivación de la economía entre 2003 y parte de 2008 posibilitó una mejora del poder de compra de las remuneraciones de diversos bienes y servicios, pero en general resultó insuficiente para recuperar la capacidad de edificar una vivienda al ritmo que lo hacía en 2001. El refugio como inversión de los grandes capitales en el mercado inmobiliario en una economía que se ha mostrado poco propensa a recrear las condiciones para los emprendimientos productivos explica en gran parte ese deterioro. El cuadro empeoró con el nuevo estadio recesivo desde 2008.