Abstract
La política de elevar al consumo a la condición de prioridad sobre la inversión y la exportación fue clave para que en una década la distribución de la riqueza generada por el conjunto de los agentes económicos al factor trabajo alcanzara una porción mayoritaria, en detrimento de las empresas y de los trabajadores por cuenta propia. De un pico inicial de 50,84% en 1954, cae hasta menos de 35% en la depresión de 2002/03 y se recupera hasta llegar hoy al récord de 52,5% estimado por IDELAS-UCES, a partir de datos oficiales.