Degradación de objeto en relatos eróticos de hombres en relación a la mujer
Resumen
Investigar la degradación de objeto, como concepto problemático, no se agota en una lectura profunda y rigurosa de Freud, sino que convoca a repensar el abordaje de los procesos de subjetivación sexuada, la implicancia del deseo y su constante fricción con los ideales y la ley. Para tal fin se hace necesario, recurrir a un marco epistémico inclusivo, que atraviese fronteras, reconozca intersecciones y al mismo tiempo desactive la rigidez con las que se justifican las teorías. El paradigma de la complejidad (Morin, 1990) ofrece cierta apertura, como así también la posibilidad de articular conceptos psicoanalíticos con la necesaria flexibilidad a la hora de reversionar y generar encuentro con otras disciplinas. Se centra en un pensamiento inclusivo de heterogeneidades con el objetivo de: 1) Comprender y desatar “esos nudos” en donde el psicoanálisis se amalgama y hace rizoma (Deleuze y Guattari, 1988). con la antropología, sociología, neurociencias, género, etc; y 2) Dar cuenta del lugar de quien suscribe como observador: El tema elegido me incluye, como hombre y como sujeto deseante (entre otras cosas). Los trabajos de investigación de género sin duda, han visibilizado y alertado sobre cierta posición “del poder masculino” por sobre el femenino. En la actualidad hay mayor grado de concientización de la influencia del “machismo” en el entramado de una sociedad, como así también en los vínculos familiares y de pareja. Estos trabajos (de género) nos han permitido pensar, avanzar y revisar “el lugar de poder del hombre” en la sociedad, en el lenguaje y en los vínculos humanos. Ahora bien, cuando hacemos un análisis profundo en el funcionamiento, nos encontramos con “una máquina” que pone al descubierto una masculinidad capturada y atrapada en un callejón de difícil salida. Los resultados visibles de esa máquina, los encontramos tanto en la clínica (consultas por violencia de género) como en los diarios (femicidios y abusos, siempre a la orden del día) en donde al hombre se lo visibiliza como victimario, culpable, portador de diferentes grados de violencia obsesionado por el sexo y la muerte. ¿La producción morbosa (esa otra escena) en el hombre, es el germen de la violencia? ¿Existe en el hombre una erección “debida” o “de vida”?
Estas son algunas de las preguntas con las que resueno y presento mi exposición, basada en mi tesis doctoral; partiendo de los deseos y defensas que se juegan en los relatos eróticos de hombres. Investigating the degradation of the object, as a problematic concept, is not exhausted in a deep and rigorous reading of Freud, but calls for rethinking the approach to the processes of sexual subjectivation, the implication of desire and its constant friction with ideals and the law. . To this end, it is necessary to resort to an inclusive epistemic framework that crosses borders, recognizes intersections and at the same time deactivates the rigidity with which theories are justified. The paradigm of complexity (Morin, 1990) offers a certain opening, as well as the possibility of articulating psychoanalytic concepts with the necessary flexibility when it comes to reversing and generating encounters with other disciplines. It focuses on an inclusive thought of heterogeneities with the aim of: 1) Understanding and untying "those knots" where psychoanalysis amalgamates and makes rhizome (Deleuze and Guattari, 1988). with anthropology, sociology, neuroscience, gender, etc; and 2) Account for the place of the undersigned as an observer: The chosen theme includes me, as a man and as a desiring subject (among other things). Undoubtedly, gender research work has made visible and warned about a certain position of "male power" over female power. Currently there is a greater degree of awareness of the influence of "machismo" in the fabric of a society, as well as in family and couple ties. These works (of gender) have allowed us to think, move forward and review "man's place of power" in society, in language and in human bonds. Now, when we make a deep analysis of how it works, we find ourselves with "a machine" that reveals a masculinity captured and trapped in an alley with a difficult exit. The visible results of this machine can be found both in the clinic (consultations for gender-based violence) and in the newspapers (femicides and abuses, always the order of the day) where men are made visible as perpetrators, guilty, bearers of different degrees of violence obsessed with sex and death. Is the morbid production (that other scene) in man the germ of violence? Is there a "due" or "life" erection in men?