Abstract
A la falta de resolución del conflicto que desde hace casi un año se desató entre el Gobierno nacional y la dirigencia agropecuaria, por la exagerada apropiación de la renta rural por la vía de las retenciones sobre las exportaciones y el abandono de la declamada política de tipo de cambio alto, se agregó en el ciclo 2008/09 la peor sequía de los últimos 47 años, que derrumbó la producción agrícola y también la pecuaria. El fenómeno inquieta por las señales de alerta que activó sobre la situación laboral de la economía en su conjunto.