Abstract
La clara inconsistencia de la variación de los índices oficiales de precios al consumidor, no sólo con el correspondiente al canal mayorista, en los rubros que son compatibles, como es el caso de los alimentos frescos, textiles, productos del papel, cigarrillos y automotores, sino fundamentalmente con la percepción de las familias, las empresas y varios gobiernos provinciales, impide a las autoridades nacionales contar con una herramienta clave para advertir las contundentes señales de desequilibrio que emiten los mercados.