Abstract
La sostenida reactivación de la economía desde 2003 hasta abril último posibilitó una mejora del poder de compra de las remuneraciones de diversos bienes y servicios, pero en general resultó insuficiente para recuperar la capacidad de edificar una vivienda al ritmo que lo hacía en 2001. El refugio como inversión de los grandes capitales en el mercado inmobiliario en una economía que se ha mostrado poco propensa a recrear las condiciones generales para los emprendimientos productivos explica en gran parte la persistencia de ese deterioro.