Abstract
Entre las tantas severas anomalías que arrastra la economía nacional desde hace varias décadas sobresalen la persistencia de un elevado índice de informalidad laboral y el predominio de unidades productivas muy chicas, con muy pobre productividad y alta dependencia del asistencialismo del estado. En los últimos años se observaron algunos progresos, pero la escasez de estadísticas oficiales en la materia impide determinar un momento preciso del origen de ese cuadro, pero parece claro que una de las causas de ese fenómeno es la larga historia de una política tributaria regresiva que torna extremadamente onerosa la actividad formal, tanto para las empresas intensivas en mano de obra como más aún para los trabajadores autónomos, no monotributista.