Sobre la composibilidad, la temporalidad y la normatividad de los egos
Abstract
Quiero plantear una reflexión sobre ciertas obviedades, a saber: que somos entre y por medio de otros; que estamos sometidos al curso y los avatares del tiempo; y que nos atraviesa una legalidad intersubjetiva. Ya el entrelazamiento o la conjunción de estas cuestiones sugiere mi preocupación por instalarme en lo que viene implícito en nuestras habitualidades, insinuación que debo desarrollar y argumentar. Las preguntas por cómo llegan a hacerse composibles los egos, por el modo en que interviene –condicionándonos- la historicidad, y por la fundamentación del influjo o la severidad de la ley según la cual nos determinamos, no pretendo zanjarlas sino colocarlas en un horizonte coherente. Ahora bien, esta consistencia no está dada a priori, sino que a mi entender surge como resultado de un cierto forzamiento. Desde una “actitud natural”, fenomenología y psicoanálisis partirían de un “obvio” antagonismo: mientras que la primera ha ensayado un regreso al camino inaugurado por Descartes haciendo de la subjetividad el punto paradigmático de la evidencia apodíctica (en el preciso sentido de la impensabilidad de su no-ser), el segundo ha asumido como tarea un estudio y una interpelación de la vida psíquica colocándose en las márgenes de la comprensión moderna de la subjetividad. Por simultáneas que las obras de Husserl y Freud hayan sido, ambos podrían tenerse como representantes de la condición ambigua que todo cambio de siglo propone, contrariedad que estaría expresada en el inconciliable propósito del pensamiento por la construcción y la deconstrucción. Sin embargo, la cientificidad rigurosa (o estricta) que pretende la filosofía husserliana y la provisionalidad que asume el propio discurso freudiano se intersectan justamente en torno a las preocupaciones por la multivocidad de las experiencias que instituyen la composibilidad, la temporalidad y la normatividad de los egos. En este sentido, no es preciso hacer lugar a ninguna violentación. Sí parece haberla cuando se pretende sugerir, como hago yo aquí, que aquellos aportes pueden iluminar un espacio habitado por posicionamientos que articulan resistencias pero también solidaridades. En rigor, esto solo puedo enunciarlo hacia el final, es decir, una vez que haya reconstruido e identificado algunos aspectos medulares de la reflexión fenomenológica y psicoanalítica sobre la alteridad, el tiempo y la ley.