Conchita Wurst y la envidia de los monstruos, o de cómo una barba puede devenir mujer
Abstract
El reciente triunfo de Conchita Wurst –artista transgénero que, representando a Austria, resultó ganadora en la versión 2014 del concurso de canto Eurovisión –permite poner a prueba los conceptos deleuziano-guattarianos del deseo como potencia positiva de producción y del devenir (mujer) como proceso de realización del deseo. Las apariciones mediáticas y virtuales de Conchita provocaron numerosas reacciones de odio en las que su figura es frecuentemente asimilada a la de lo monstruoso: la mujer barbuda, la deformación, el “freak”. En clave deleuziana y spinozista, me preguntaré si la fuerza que produce estas reacciones no es acaso la de una pasión triste: la envidia ante un devenir que desafía la máquina social binaria y que revela otra cara de lo monstruoso. Ya no la contratara orgánica y tranquilizadora de la subjetividad “bien constituida”, sino una nueva figuración subjetiva cuya “sustentabilidad” pasa por otra relación con el cambio.