Abstract
Como psicoanalistas en la actualidad, nos enfrentamos con problemáticas diversas que nos demandan posicionamientos diferentes. Los últimos veinte años, acompañados por una cierta robotización del individuo en Occidente, podemos observar como que va perdiendo dimensión el cuerpo tangible frente a la explosión de las imágenes digitalizadas, donde se perfila la demarcación corporal, como la demarcación generacional, pero sobretodo nos encontramos con un mundo que no busca un interlocutor con intención significante y comunicativa.